Nuestros días en Tanzania se basan básicamente entre Zanzíbar y Arusha. Aunque sea un mismo país, no tiene nada que ver la isla con el mainland. Nuestra experiencia en Tanzania ha sido super diferente en cada uno de los sitios, y eso que hemos convivido con locales en ambos sitios. Son dos mundos.
A Zanzíbar ya le dedicamos este post, así que ahora vamos a centrarnos en nuestra vida tanzana en Arusha.
Estación de autobuses de Arusha
Arusha es el mal. Es un sitio super turístico. Como está muy cerca de todas las reservas naturales, es zona de safaris y está petadísimo de pesaos caza-turistas. Kilimanjaro y Serengeti están super cerca, pero es que además tienen unas cuantas reservas naturales más por allí. Así que, querrán venderte todas las excursiones existidas en el país. Buh, es muy cansino. Si te pasa como a nosotros que ya has hecho un safari y que no tienes pensado subir el Kilimanjaro en este viaje, llama a Martin.
Habíamos llegado una noche a Arusha, en autocar desde Dar es Salaam. Nos habían dicho que eran 9 horas, pero al final fueron 14. El autocar era super luxury, nunca habíamos viajado en uno así. Pero, después de tantas horas, uno acaba reventado. Al llegar a la ciudad, tarde y cansados, solo estábamos pensado en ir al hotel... pero al bajar del autobús había una veintena de hombres haciéndonos corralito para acompañarnos al mejor hotel del barrio o vendernos todo tipo de safaris. Acabamos gritando. No hay forma de que te dejen en paz. Visto lo visto, queríamos marchar de esa ciudad por patas. Pero todo cambió.
Anna durmiendo en el autobús de Dar es-Salaam a Arusha
Conocimos a Martin un sábado al mediodía. Él es un amigo y ex-compañero de trabajo de una íntima amiga nuestra, Anna. La que nos enseñó a hablar suajili. Escribimos por whatsapp a Martin diciéndole que estábamos frustrados con la ciudad, que qué podíamos hacer. Se ofreció a venir a buscarnos al hotel. Enseguida de conocernos nos pareció muy agradable, y se ofreció a hacer cualquier cosa que nos apeteciera. Nosotros estábamos muy perdidos, no sabíamos qué se hace por Arusha si no es un safari. O visitar algún sitio sin que nos persiguieran todos los pesaos del pueblo.
Así que nos dejamos llevar por lo que él propusiera. Todo nos parecía bien si se ajustaba a nuestro presupuesto diario, 60€. Nos sugirió 4 días de excursión, así podríamos conocer de cerca la ciudad y los alrededores. Le hicimos caso y nos dejamos llevar.
El primer día, como era domingo, por la mañana fuimos a ver una misa cristiana, católica. Una pasada, todo el mundo bailando y cantando. És lo más, aunque no seas creyente es una experiencia digna de ver. Y por la tarde, fuimos en moto y sin casco hasta las cascadas de Arusha National Reserve (18€ persona).
Zona de las especias en el mercado central de Arusha
Misa de domingo en Pentacostal Church de Arusha
Cruzando el rio que nos lleva a la cascada del National Reserve
Casi llegando a la cascada
Roc justo debajo del salto de agua de Arusha National Reserve
El segundo día, cogimos el transporte público para ir hasta Mto Wa Mbu, que está a una hora y media de Arusha. Este es el pueblo de Martin. Al llegar allí, nos presentó a su família, con la que íbamos a convivir dos días. Son preciosos. Alquilamos un coche y fuimos a visitar una tribu maasai (40.000 shillings, unos 17€). Nos parecieron bastante rancios, parece que solo quieren tener visitas de turistas para ganar un poco de dinero y no tener que hacer nada más esa semana.
Vendedores que llevan la tienda sobre su cabeza
Winner, Jordan y Faith, los bebitos de nuestra nueva família
Visita a una tribu maasai cerca de Mto Wa Mbu
Roc y Kanyanya, el padre de nuestra nueva família
Por la tarde fuimos al mirador del Lago Manyara, luego hicimos una visita al mercado maasai del pueblo y acabamos probando cerveza de plátano. Está bastante asquerosín. No sabemos porque lo llaman beer si no tiene nada, nada, nada que ver. Con la alegría de la cerveza, volvimos para casa y la madre de família nos había cocinado una cena increíble. Pintamos con acuarelas un rato y nos fuimos a la cama.
Vistas desde el mirador del Lago Manyara
Anna probando la banana beer
Jennifer, nuestra madre de família cocinando la cena para todos
Jordan pintando con las acuarelas que nos regaló Bruna antes de irnos de Barcelona
El tercer día, Martin había alquilado una furgoneta Noah para hacer un safari hasta Lake Eyasi (80.000 shillings, unos 30€) y visitar la tribu Hadzabe (40.000 shillings, unos 17€). Esta tribu nos gustó mucho. Su forma de vivir y su cultura es mucho más interesante que la de los maasai. Viven de la recolecta de frutos y la caza. Se visten con pieles de estos mismos animales y construyen sus propias cabañitas con paja y barro. Además, fabrican sus propias armas de caza y sus pipas de fumar con la madera que talan. Nos gustó un montón.
Babu´nos muy cerca de la carretera
Los babuinos, uno de ellos con una cría muy pequeña
Atrapados con el coche, había mogollón de barro y charcas
Tribu Hadzabe construyendo arcos, flechas y pipas de fumar
Dentro de la cueva con la tribu Hadzabe
Tres miembros de la tribu disparando con arco, qué puntería
Roc y Martin disparando con arco
Por la tarde llovía a cántaros y nos fuimos ya para casa a cenar con la família. Nos prepararon otra cena buenísima y hasta nos fregaron las zapatillas. ¿Por qué son tan amables y bonitos?
Winner, nuestra adorable hija de Mto Wa Mbu
Anna y Jennifer cocinando ugali
El cuarto día, estuvimos básicamente en Mto Wa Mbu, hicimos una visita a la galería de arte del pueblo, luego fuimos a visitar una guardería y para acabar visitamos los arrozales. Todo, unos 100.000 shilling, 37€.
Martin, Roc, Anna y Kanyanya desayunando pan bimbo con huevos hervidos
Autobús escolar llegando a la Kinder Garden
Anna y Roc visitando la Kinder Garden
Dentro de un tuk-tuk camino a los arrozales
Visita a los arrozales de Mto Wa Mbu, prohibido hacer fotos
Nuestra querida família nos hizo un porridge de despedida, para agradecer nuestra visita, lloramos un pelín y cogimos el transporte público para volver a Arusha. Para cerrar bien los 4 días con Martin, fuimos a cenar a un sitio local y nos comimos pollo braseado con arroz y judías rojas. Riquísimo.
Anna, Jennyfer y Winner desayunando
Anna y Winner, despidiéndose muy tristes
Kanyanya cargando la mochila de Anna hasta el transporte público
Apretadísimos en el minibus de vuelta a Arusha
Cena de despedida con Martin en Arusha
Cenando pollo frito con ugali, espinacas y crema de tomate
Tenemos que ser sinceros y contaros que acabamos gastando más de lo previsto. Tanzania es carísimo, sobretodo si eres blanco. Aún así, la experiencia fue una pasada y valió muchísimo la pena. Lo hemos resumido en forma de vídeo. ¡Preparaos para reír un rato!
¡Pues espero que Dios quiera, jejeje! A nosotros nos cambió mucho la vida. Aún así, Tanzania nos pareció un poco dura de explorar... como hay una explosión de turismo en Arusha, los locales son súper (súper súper súper) pesados con los turistas. Es un poco duro. ¡Ármate de paciencia, a disfrutar de la experiencia y a aportar todo lo que puedas!
Hola, lector de nuestro corazón 👋 Este blog lo escribimos como recuerdo, pero si tienes alguna pregunta, ¡no dudes y hazla! Seguro que otros también la tuvieron pero no se atrevieron a hacerla 😁
Si Dios quiere en marzo me voy a tz a ayudar un poco la gente que lo nececesite. Y a cambiar aires que lo necesito. Nakupenda tanzania ❤
ResponderEliminar¡Pues espero que Dios quiera, jejeje! A nosotros nos cambió mucho la vida. Aún así, Tanzania nos pareció un poco dura de explorar... como hay una explosión de turismo en Arusha, los locales son súper (súper súper súper) pesados con los turistas. Es un poco duro. ¡Ármate de paciencia, a disfrutar de la experiencia y a aportar todo lo que puedas!
Eliminar¡Un abrazo desde Nueva Zelanda!